La hipótesis de la felicidad by Jonathan Haidt

autor:Jonathan Haidt [Haidt, Jonathan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2006-01-01T00:00:00+00:00

¿DEBEMOS SUFRIR?

La hipótesis de la adversidad tiene una versión débil y una fuerte. En la versión débil la adversidad puede conducir al crecimiento, a la fuerza, a la alegría y a la mejora de sí mismo, gracias a los tres mecanismos del crecimiento postraumático descritos más arriba. La versión débil está bien sustentada por la investigación, pero tiene pocas implicaciones claras sobre cómo debemos vivir nuestras vidas. La versión fuerte de la hipótesis es más perturbadora: establece que las personas deben afrontar la adversidad para crecer, y que algunos niveles de crecimiento y desarrollo sólo son accesibles a aquellos que han afrontado y superado una gran adversidad. Si la versión fuerte de la hipótesis es válida, ésta tiene profundas implicaciones sobre cómo debemos vivir nuestras vidas y estructurar nuestras sociedades. Significa que debemos aceptar más oportunidades y sufrir más derrotas. Significa que podemos ser peligrosamente sobreprotectores con nuestros hijos ofreciéndoles vidas de seguridad insípida y demasiado consejo, mientras que les privamos de los «incidentes críticos[12]» que les ayudarían a crecer fuertes y a desarrollar amistades más intensas. Significa que las sociedades heroicas, que temen más el deshonor que la muerte, o sociedades que se esfuerzan juntas a través de guerras, pueden producir mejores seres humanos que los que produce un mundo de paz y prosperidad en el cual las expectativas de las personas se elevan tan alto que se demandan unas a otras por «daños emocionales».

Pero ¿es válida la versión fuerte? A pesar de que muchas personas suelen decir que la adversidad les ha cambiado profundamente, hasta ahora los investigadores han recogido muy pocas evidencias de cambios de personalidad inducidos por la adversidad más allá de tales confesiones. Los resultados de la gente indicados en evaluaciones de personalidad son bastante estables en los últimos (pocos) años, incluso para personas que informan haber cambiado mucho durante ese tiempo[13]. En uno de los pocos estudios que intentaron verificar los informes de crecimiento preguntando a los amigos de las personas sobre éstas, dichos amigos señalaron muchos menos cambios de los que las personas «cambiadas» habían informado[14].

Estos estudios pueden, sin embargo, haber estado buscando el cambio en el lugar equivocado. A menudo los psicólogos se aproximan a la personalidad midiendo rasgos básicos tales como los «grandes cinco»: neurosis, extroversión, apertura a experiencias nuevas, afabilidad (calidez/gentileza) y rectitud[15]. Estos rasgos corresponden a datos sobre el elefante, sobre las reacciones automáticas de una persona ante varias situaciones. Son rasgos bastante similares entre gemelos criados por separado e indican que en parte están influidos por los genes, aunque también por cambios en las condiciones de vida o en los roles que uno desempeña, tales como convertirse en padre[16]. Pero el psicólogo Dan McAdams ha sugerido que de hecho hay tres niveles de personalidad[17], y que se le ha prestado demasiada atención al nivel más bajo, es decir, a los rasgos básicos. Un segundo nivel de personalidad, «características de adaptaciones», incluye los objetivos personales, mecanismos de defensa y de manejo de problemas, valores, creencias y preocupaciones típicas de

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